Miriam Ruiz terminó la carrera de ingeniería industrial con 25 años. Empezó a programar en Debian, una distribución de software libre, cuando entró en contacto con el grupo Debian Women, un proyecto que se inició en el año 2004.
Fundado por Amaya Rodrigo, la primera mujer desarrolladora de Debian en Europa y toda una leyenda del software libre en España, nació para fomentar la visibilidad de las mujeres y que se pudieran integrar sin trabas en este tipo de programación. Como matiza Ruiz, “no es el grupo de mujeres de Debian, sino un conjunto de hombres y mujeres cuyo objetivo es que haya más mujeres que desarrollen en esta distribución”. Según Ruiz, la cifra de mujeres rondaba el 0,5% y ahora está en un 1,5%. Más allá de las cifras, que siguen siendo pequeñas, Debian Women ha conseguido cambiar por completo la infraestructura de Debian, impulsando la diversidad.
Cuando se fundó el proyecto, Ruiz cree que “había una sensación de que este mundo era bastante hostil hacia el sector femenino”. Debian Women se constituía así como una forma cómoda de entrar a formar parte del grupo y, de hecho, el proyecto está teniendo que remodelarse ahora, debido a que ha cumplido su misión.
Ana Guerrero coincidió con Miriam Ruiz en los orígenes del proyecto Debian Women y, al igual que ésta, también cree que las ideas iniciales del grupo han muerto de éxito. “Ahora ya no es raro que haya mujeres desarrolladoras, la comunidad lo acepta como algo natural”, añade. Aún así, al igual que Ruiz, considera necesario que haya corrientes de ciberfeminismo en la Red. “Hay chicas que entran a formar parte de estos proyectos porque se les han puesto barreras al intentar entrar por otro lado”, aclara Ruiz. A la vez, Guerrero mantiene que sólo se trata de “gremios de usuarios que tienen algo en común además de su capacidad para trabajar en proyectos de software libre”.
Ana Guerrero, informática de 27 años, era usuaria de software libre, pero no se le había ocurrido colaborar activamente en la comunidad hasta que no entró en contacto con el proyecto. Al contrario que Miriam, no accedió a la comunidad Debian por el componente ideológico del software libre, aunque ahora también lo comparte. “El software tiene que darte libertad para poder modificarlo y compartirlo”, aclara Ruiz.
Fomento del software libre
El software libre ha crecido exponencialmente en los últimos años. Con propuestas como Ubuntu, quizás la distribución que más ha conseguido calar en el público general, millones de personas han comenzado a plantearse que existen alternativas al software propietario.
Cuando se les pregunta a estas desarrolladoras qué le falta al software libre para extenderse de forma masiva, Ruiz habla de forma rotunda: “Le falta que la gente se conciencie de que la libertad es importante y que ciertos grupos empresariales dejen de actuar con técnicas mafiosas o de lobby”.
También matiza que es importante distinguir entre los ditintos grupos de usuarios de software libre: la gente que está ideológicamente concienciada, los que participan de él porque es gratis, y los que lo consideran tecnológicamente superior.
Miriam Ruiz también es la única mujer editora de Barrapunto, una comunidad a la que los usuarios envían noticias relacionadas con el software libre y la tecnología. Aunque matiza por adelantado que el resto de los editores siempre la han apoyado animándola a seguir en el proyecto, Ruiz recuerda que cuando empezó en Barrapunto sí notó cierta hostilidad a través de una minoría de usuarios que logran crear mucho ruido. “No sé si he aguantado más o menos que los usuarios varones en esta comunidad, pero sé que he aguantado mucho. Además, alguien tiene que dar la cara para que entren otras chicas”, explica.
Mientras Ruiz recuerda con nostalgia cómo Amaya abrió la brecha para que otras mujeres pudieran formar parte de forma sencilla de este tipo de proyectos, también espera que actitudes como la suya abran la puerta a otras mujeres. “Los conocimientos ya los tienes, pero se necesita apoyo moral en ocasiones”, añade. Ruiz cree que los tiempos cambian para mejor. “Hace cinco años sí había discriminación, porque podías entrar en grupos, pero no te tomaban en serio”. Ahora tanto Ruiz como Guerrero mantienen que la situación ha cambiado bastante, pero a la vez son conscientes de que la forma de pensar en este tipo de grupos es predominantemente masculina. Mientras eso sea así, los grupos de mujeres seguirán teniendo vigencia.
Mucho trabajo que hacer en la Red
El 38% de los hombres de la Unión Europea utiliza a diario internet mientras que entre las mujeres este porcentaje se reduce al 28%. En España, sólo el 20% de las mujeres consulta cada día la Red frente al 29% de hombres, según datos de la oficina estadística comunitaria Eurostat. No obstante, algo está cambiando entre el público joven, con unas cifras en las que se aprecia una diferencia menor.
Con datos de este mismo estudio, los porcentajes son del 44% y del 41% en cuanto a uso diario, y del 71% y el 68% en cuanto a uso semanal para hombres y mujeres respectivamente.
Desarrolladoras de software libre en un mundo de hombres