Inicio este blog con una interrogante ¿Donde están las mujeres que usan tecnología?, y de manera más específica ¿Dónde están las mujeres que usan y desarrollan software libre?
Mi contacto con el software libres es reciente, aproximadamente hace 6 meses (Junio 2007) me enteré que existía esta alternativa informática, comencé utilizando programas de ofimática (Open Office), luego conocí Gaim que me facilito la vida integrando todas mis cuentas de correo, y así fui de manera gradual utilizando alternativas libres que comencé a llevarlas a mi rutina laboral y algunas para alegrarme mi paso por la red. Hasta que finalmente un día instalé un completo sistema operativo. Se me hizo raro al inicio, pero me termine acostumbrando al entorno.
Creo que la falta de resistencia a la migración fue en gran medida alentada por la propuesta social que implica el software y cultura libre.
Pensar en el acceso gratuito a aplicaciones y a actualizaciones y darme cuenta de las ventajas que representa para diferentes grupos sociales a través del mundo, fue algo determinante para que me enamorara de esta propuesta.
Días después curioseando en la Internet me di cuenta que en mi país (Honduras) hay un grupo organizado en torno a este tema (www.linuxmaya.com), hice algunas entrevista y planeamos reuniones, el asunto toma cada día más forma.
Pero, veo al grupo y mi pregunta persiste, ¿y las mujeres?, así que con esa espinita me dispongo a navegar por la red, y para mi sorpresa me entero que soy UNA más de las mujeres que vemos que algo no va bien, la participación de mujeres es muy poca, y eso se ve reflejado de manera clara en proyectos como Debian, que comenzó con una participación de 0.5% mujeres, y que gracias a los esfuerzos de Debian Women creció a 1.5% , pero me sigue pareciendo preocupante.
Conciente estoy que a pesar de la lucha por la equidad entre sexos, la brecha es muy grande y como producto de nuestra carga cultural social eminentemente machista, especialmente en América Latina, las mujeres nos orientamos a áreas sociales, más que a las técnicas.
Y aún cuando ya tenemos acceso a universidades, seguimos siendo un número mucho menor, que nuestros compañeros hombres, en este tipo de carreras.
Será entonces que seguiremos arrastrando la carga histórica de “ser mujeres”. Me gusta pensar que más mujeres seguiremos levantando la voz, y mejor aún que hombre y mujeres trabajemos por que la exclusión no exista. Siempre son procesos graduales, pero lo más importante es que seamos concientes que
“No podemos hablar de libre acceso a tecnología si este acceso no es equitativo.”